Fútbol zapatista: Cuando rueda el balón en Chiapas.

Mujeres zapatistas jugando a fútbol.

El fútbol es el deporte más popular en los territorios zapatistas. Allí tanto hombres como mujeres disfrutan dando patadas al balón aunque no tengan ningún campo de fútbol. Que este relato futbolístico-literario del Subcomandante Marcos y la siguiente serie de imágenes y fotografías sirvan para hacernos una idea de esa pasión por el balompié que tienen los zapatistas.

Extracto de una carta del Subcomandante Marcos a Eduardo Galeano

«El Olivio es un niño tojolabal. Tiene menos de 5 años y todavía está dentro del límite mortal que aniquila a miles de infantes indígenas en estas tierras. Las probabilidades de que el Olivio muera por enfermedades curables antes de los 5 años es la más alta de este país que se llama México. Pero el Olivio esta vivo todavía. El Olivio se presume de ser amigo del «Zup» y de jugar fútbol con el Mayor Moisés. Bueno, eso de jugar fútbol es arrogante. En realidad, el Mayor se limita a patear el balón lo suficientemente lejos como para librarse de un Olivio que considera, como cualquier niño lo haría, que el trabajo más importante de los oficiales zapatistas es jugar con los niños. Yo observo de lejos. El Olivio patea el balón con una decisión que da escalofríos, sobre todo si te imaginas que esa patada podría tener tu tobillo como destino. Pero no, el destino de la patada del Olivio es un pequeño balón de plástico. Bueno, esto también es un decir. En realidad la mitad de la patada y de la fuerza se queda en el lodo de la realidad chiapaneca y sólo una parte proyecta el balón por un rumbo errático y cercano. El Mayor da un patadón y la pelota pasa a mi lado y se va muy lejos. El Olivio corre decididamente detrás del esférico (léase esto, y lo que sigue, con voz de comentarista de fútbol por televisión o radio). Esquiva ágilmente un tronco tirado y una raíz ya no tan oculta, gambetea y dribla dos chuchitos («perritos» para los chiapanecos) que de por sí ya huían aterrados ante el avance implacable, decidido y relampagueante del Olivio. La defensa ha quedado atrás (bueno, en realidad la «Yeniperr» y el Jorge están sentados y jugando con el lodo, pero lo que quiero decir es que no hay enemigo al frente) y el arco contrario está inerme ante un Olivio que aprieta los pocos dientes que tiene y enfila al balón como locomotora desvielada. El respetable, en el graderío, cuelga en la tarde un silencio expectante (Bueno, la verdad es que sólo yo estoy atento al desenlace, el Mayor ya se fue, y es difícil hablar de silencio con tanto grillo entonando la tardecita que se hace mate en el Uruguay y pozol azucarado en las montañas del Sureste Mexicano). El Olivio llega, ¡por fin!, frente al balón y, cuando toda la galaxia espera un patadón que rompa las redes (bueno, la verdad es que, detrás del supuesto marco enemigo, sólo hay un acahual con ramas, espinas y bejucos, pero sirven como redes), y ya empieza a subir, de los riñones a la garganta, el grito de «¡gooool!», cuando todo está listo para que el mundo demuestre que se merece a sí mismo, justo entonces es cuando el Olivio decide que ya estuvo bueno de correr detrás de la pelota y que ése pajarraco negro que revolotea no lo puede hacer impunemente y, súbito, el Olivio cambia de dirección y de profesión y va por su tiradora para matar, dice, al pájaro negro y llevar algo a la cocina y a la panza. Fue algo, ¿cómo decirte?… algo anticlimático («muy zapatista», diría mi hermano), muy tan incompleto, muy tan inacabado, como si un beso se hubiera quedado colgado en los labios y nadie nos hiciera el favor de recogerlo.

Yo soy un aficionado discreto, serio y analítico, de ésos que revisan los porcentajes y los historiales de equipos y jugadores y pueden explicar perfectamente la lógica de un empate, un triunfo o una derrota, sin importar cuál se dé. En fin, un aficionado de ésos que después se explican a sí mismos que no hay que ponerse triste por la derrota del preferido, que era de esperar, que en la que sigue habrá un repunte, que otros etcéteras que engañen al corazón con la inútil tarea de la cabeza. Pero en ese momento perdí los estribos y, como hincha que ve traicionados los valores supremos del género humano (es decir, los que con el fútbol tienen que ver), salté de las gradas (en realidad estaba sentado en una banquita de troncos) y me enfilé, furioso, a reclamarle al Olivio su falta de pundonor, de profesionalismo, de espíritu deportivo, de ignorante de la ley sagrada que manda que el futbolista se debe a la afición por entero. El Olivio me ve venir y se sonríe. Yo me detengo, me paro en seco, me quedo helado, petrificado, inmóvil. Pero no te creas, Eduardo, que es por ternura que me detengo. No es la tierna sonrisa del Olivio lo que paraliza. Es la tiradora que tiene en las manos…

Pues sí, Eduardo. Ya sé que es muy evidente que trato de hacerles un símil de la tierna furia que nos hace hoy soldados para que, mañana, los uniformes militares sólo sirvan para los bailes de disfraces y para que, si uno debe ponerse uniforme, sea el que se usa para jugar, por ejemplo, fútbol.

Salud a esa inquietud creadora que los reúne y los hace voltear hacia nosotros. Salud a los todos que ahí se juntan y nos hablan y escuchan. Espero, esperamos, que todo les salga bien y que, pronto, los podamos saludar acá, en el Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo.

Vale. Salud y un balón que, como los sueños, llegue bien alto.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

México, Julio de 1996.

P.D.- Suerte con la digestión del mate. Avisen si llegó este escrito y sus anexos. ¡Ah! Y no olviden decirme en que lugar de la tabla de posiciones va «El Peñarol», equipo cuya fama llegó al México de mi infancia como debieran llegar todas las noticias, es decir, con un balón de fútbol.»

Futbolista zapatista.

Alineación del EZLN

Alineacíon EZLN.

"A la libertad por el fútbol". Graffiti de Bansky durante su visita a territorio zapatista.

Dibujo de Bansky.

Delegación del Inter de Milán a Chiapas entregando material deportivo al EZLN.

Guardameta zapatista.

EZLN Vs. Combinado ex-futbolistas mexicanos. Javier Aguirre de fondo. 15/03/99

EZLN Vs. Combinado ex-futbolistas mexicanos. 15/03/99

6 Responses to Fútbol zapatista: Cuando rueda el balón en Chiapas.

  1. Que curioso ver al entrenador del Zaragoza peloteando con los del EZLN, habrá que preguntarle algún día por aquella experiencia.

    pd: que calor y que incómodos deben ser los pasamontañas haciendo ejercicio…

    • aritz says:

      Javier Aguirre es hijo de exiliados vascos (vizcaínos) tras la guerra civil, no es el prototipo de ex futbolista y entrenador al uso, kiero decir q es un hombre culto, con estudios universitarios e inquietudes más allá del fútbol (le gusta mucho leer, se interesa mucho por la política, el arte, etc), ah! y lo más curioso, nunca suele ver fútbol en su tiempo libre, le gusta más el beisbol (!). Todo esto lo sé de leer entrevistas cuando era entrenador de Osasuna (por cierto, los mejores resultados de su historia fueron con él). Cuando supe lo de los zapatistas (hay unas cartas de Marcos por ahí…del año 2005 retando al Inter y con respuestas de Zanetti, el presidente, etc) bajé con un amigo a Tajonar a hablar con él y nos recibió. Nos contó q su mujer hizo las camisetas de los zapatistas, q fué una experiencia muy bonita y q tiene relación con ellos. Nos dijo q hablaramos, a través de la red, con el comandante Zanetti…Todo un personaje Javier! Por cierto, su mujer es indígena, y cuando le dieron la medalla de Oro de México por el papel en el mundial de Korea, su discurso fué de apoyo a la causa de los indígenas y los derechos humanos.

      • No sabía muchas cosas que comentas Aritz, interesantísimo todo esto de Javier Aguirre y su mujer, me hubiera encantado tener esa charla con él. Yo pensaba que tenía simpatía por el EZLN y la lucha indígena, pero no sabía que llegaba a tanto.

        Un saludo.

  2. Y tanto. Contaban (medio en broma medio en serio) que para jugar el partido ese contra ex futbolistas los zapatistas se plantaron en México DF con botas militares para jugar, y tuvieron que buscarles unas botas de fútbol. Otra anécdota de ese partido es que se rumoreaba que debajo del pasamontañas había algún jugador profesional camuflado. Debió ser muy curioso todo.

  3. sabino maldini says:

    viva el EZLN!!! viva chiapas!!!!!!!!!!! por que la lucha continua!! Javier ahora te adimiro mas que antes!!1

  4. wowwww muchas gracias a todos de corazón muchas gracias 😀

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