Historias del viejo Atotxa

Domingo 5 de Diciembre, va a comenzar el partido. Los dos equipos vascos más potentes vuelven a enfrentarse. El Athletic Club, tras una temporada de altibajos, quiere volver a engancharse a la parte alta. La Real Sociedad, una de las sorpresas del año, quiere seguir con esa buena racha y aspirar a volver a jugar en Europa.

Los equipos van a saltar al terreno de juego, pero algo extraño se intuye en el túnel de vestuarios.

“Todos en la Real éramos jugadores de la cantera y teníamos nuestras inquietudes y sentimientos. La mayoría nos sentíamos vascos y abertzales, y algunos incluso independentistas. Era el año 1976, no había cuajado la democracia, estábamos en esa época de transición y el pueblo vasco estaba luchando por sus reivindicaciones. Nosotros también éramos el pueblo y teníamos que hacer algo para reivindicar los derechos del pueblo vasco.” Joxean de la Hoz Uranga.

Efectivamente, algo se fraguaba.

Uranga, canterano de la Real Sociedad, había comenzado la conspiración unos días antes. En Diciembre de 1976 continuaba el franquismo sin Franco, las pequeñas reformas habían logrado algún cambio aparente para que en el fondo todo siguiese igual. Por eso los 18 kilómetros desde su casa hasta Atotxa se le hicieron eternos a Joxean. Si en aquella época ya era un riesgo llevar una ikurriña escondida en tu coche, hacerlo de camino a un partido que iba a estar plagado de controles policiales era tentar mucho a la suerte. Estaba cantado, a los pocos kilómetros unos uniformes grises armados con ametralladoras le ordenan detener el coche para registrarlo. La suerte esta vez está de su parte, los policías no encontraron el ilegal trozo de tela cosido clandestinamente por su hermana.

Tras superar los controles policiales entra al estadio de Atotxa, y escondiendo de nuevo la bandera vasca, logra entrar en el vestuario txuriurdin sin levantar sospechas. Allí, algo nervioso, se dirige en privado al capitán de la Real Sociedad.

“Recuerdo que había un sentimiento de que los futbolistas también podíamos aportar algo a la situación en que se vivía, entonces no fuimos distintos a otros. Nosotros en nuestra medida también apoyamos las exigencias del pueblo.” Inaxio Kortabarria.

En el vestuario de la Real Sociedad  se masca la tensión. No es para menos. El derbi ante el Athletic siempre es un partido muy especial, y si es en Atotxa y con las gradas abarrotadas mucho más.  Además tras una temporada en la que alcanzaron puestos europeos, la exigencia para este año es mayor de la habitual. Dos equipos plagados de canteranos que sienten los colores  y saben lo que significa este partido para sus aficionados.

Kortabarria como capitán arenga a los suyos. Mientras trata de concentrarse en el partido y de tranquilizar a jóvenes como López Ufarte o Arconada, otro de esos canteranos entra por la puerta del vestuario. Parece nervioso y trae algo consigo, lo cual es bastante extraño porque ni siquiera está convocado para el partido. Tras dirigirse en voz baja a Kortabarría, éste reúne una delegación con los pesos pesados del vestuario.

“En esa época se ocultaban muchas cosas. Muchos ni sabían que Euskadi había jugado los años de la guerra y posguerra por ahí, toda la gira que hizo la selección de Euskadi por la Unión Soviética, por México, por Sudamérica, incluso por Europa, eso no se conocía. Alguien de podía susurrar algo clandestinamente, pero, cuidado, porque todas estas cosas estaban muy perseguidas. Prácticamente nosotros vivíamos un poco en un limbo, porque a la sociedad le faltaba la libertad de todo, de información, de expresión… No había otra opción, o jugabas o te retirabas.” Joxe Anjel Iribar.

Apenas hora y media para que comience el partido esperado. La mala situación en la clasificación del equipo bilbaíno da más importancia aún al derbi. La apuesta por jóvenes promesas como Goikoetxea, Sarabia y Alexanko, y veteranos internacionales como Jabo Irureta, Dani y Villar no está dando resultado.

Concentrados en el partido los futbolistas vascos comienzan a cambiarse para salir a calentar mientras reciben algunas indicaciones de última hora del entrenador Koldo Aguirre. En ese momento llaman a la puerta. Al otro lado se encuentran Kortabarria, Uranga y otros futbolistas de la Real. Algo pasa.

Jose Ángel, ¿Podemos hablar?

Tras recibir una breve explicación Iribar reúne a una representación y se ausentan del vestuario para tratar el tema en una reunión. Los futbolistas de ambos equipos coinciden en que es el momento ideal para ser valientes y tirar para delante, sin embargo es una decisión arriesgada, un acto ilegal por el que pueden ser detenidos. Debido a los riesgos existentes el capitán del Athletic pone como condición para realizar la acción hablar con todos los futbolistas y que todos la aprueben.

De vuelta al vestuario la inquietud domina todo.

“Para legalizar la ikurriña tendrán que pasar por encima de mi cadáver” Manuel Fraga Iribarne.

Asoman por el tunel de vestuarios ambas escuadras formando en paralelo. Kortabarria por un lado, seguido de Choperena, Murillo, Olaizola, Gaztelu, Diego, Zamora, Idígoras, Satrústegui y López Ufarte. Por el otro Iríbar y tras él Lasa, Guisasola, Madariaga, Eskalza, Oñaederra, Villar, Churruca, Dani, Carlos y Txetxu Rojo.

Comienzan a caminar en dirección al terreno de juego mirando de reojo a los policías que flanquean su salida y controlan a los aficionados. Iribar a la derecha, Kortabarria a la izquierda, y sostenida por ambos, uniendo a los dos equipos, la primera ikurriña que se veía en un campo de fútbol en 40 años. Tras la bandera vasca, escoltándola, marcha Uranga. Al llegar al centro del campo, como si de un ritual se tratase, la extienden en el círculo central.

El miedo, la emoción, los aplausos y las lágrimas se mezclan en las gradas y el campo.

¿Y el resultado del partido?:

Joxean de la Hoz Uranga se retiró del campo tras el acto de la ikurriña ya que no estaba convocado, siendo amenazado con represalias por varios de los policías allí presentes. Sin embargo no recibió ninguna sanción oficial por esos hechos. Se retiró del fútbol tres años después convirtiéndose en abogado. Prestó sus servicios entre otros a la Izquierda Abertzale con la que simpatiza. Realizando esta labor fue acusado de participar en el cobro de dinero relacionado con el rescate de un empresario vasco secuestrado por ETA en 1987. Tras escasos meses en prisión, fue juzgado y condenado por estos hechos, pero su caso quedó en el limbo y tras 17 años a la espera de ejecución de la sentencia fue indultado en 2009.

Inaxio Kortabarria Abarrategi completó un gran partido logrando que la Real Sociedad no encajase un solo gol, aunque en gran parte esto fue mérito de Arconada. Disputó en el conjunto donostiarra un total de 14 temporadas, formando parte de la mejor Real Sociedad de la historia como muestra su palmarés: subcampeones de Liga en la temporada 79/80 y campeones en la 80/81 y 81/82. Pese a ser capitán del mejor equipo de la época solo fue internacional en cuatro ocasiones. Nunca hubo una quinta participación porque rechazó volver a vestir la camiseta de una selección que no consideraba la suya. Colaboró en la vuelta de la selección de fútbol vasca a los terrenos de juego, logrando lucir esa camiseta en un partido amistoso en 1979, el primero que se jugaba tras finalizar la Guerra Civil. Se retiró en 1985. Siguió apoyando la oficialidad de la Selección de Euskal Herria, así como el uso de este nombre en vez del de Euskadi.

Joxe Anjel Iribar no tuvo su mejor tarde ya que encajó cinco goles. Tras el acto de la ikurriña no volvió a disputar un partido con la Selección Española, pese a ser un habitual hasta aquel momento y seguir en activo cuatro temporada más defendiendo la portería athleticzale. Su vasquismo y abertzalismo quedó claro desde mediados de los 70, siendo por ello pitado en varios campos de España en los que hasta entonces era casi un héroe. En 1978 formó parte como representante por Vizcaya de la primera mesa nacional de Herri Batasuna. En 1979 colaboró en la organización de un partido amistoso  de la Selección Vasca, reorganizándose esta selección 40 años después y siendo «el chopo» su capitán. En esa misma temporada 79/80 se retiró del fútbol. En total jugó 18 temporadas con el Athletic, logrando dos campeonatos de Copa y un subcampeonato de la UEFA. Con la Selección Española disputó 49 encuentros, proclamándose campeón de la Eurocopa de 1964. Es considerado uno de los mejores porteros de la historia. Tras retirarse entrenó a las categorías inferiores del Athletic, logrando el ascenso a Segunda División del filial, e incluso llegando a entrenar al primer equipo en la temporada 86/87. Posteriormente fue nombrado seleccionador de Euskal Herria (cargo que hoy ocupa) y cuya oficialidad para disputar competiciones internacionales apoya.

(No es una narración exacta de los hechos, pero sí muy aproximada a partir de los testimonios de los protagonistas)

Fuentes:

Periódicos: Deia 20/04/2010. El País 08/04/1977 (Amnistía para Iribar), 19/06/1987 y 10/01/1992. Gara 28/12/2007. Noticias de Gipuzkoa 20/11/2010 (Entrevista a Uranga).

Internet: Base de Datos Histórica del Fútbol en España

Libros: «La patria del gol: fútbol y política en el Estado español», Daniel Gómez Amat, ed. Alberdania, 2007.

2 Responses to Historias del viejo Atotxa

  1. Gran artículo Íñigo, y grandes huevos los que tuvieron los futbolistas, jugándose el pellejo por una bandera…

  2. Gracias tío, un honor tenerte por aquí. La verdad que sí, que le echaron huevos aunque fuese un acto tan simbólico, hoy se ven pocas cosas así. Si acaso lo de Kanouté aquella vez enseñando una camiseta de Palestina, pero bueno, no hay comparación.

    Enhorabuena por el blog por cierto, no sabía que te habías decidido ya, luego me doy una vuelta a ver si me convences con alguna recomendación cinéfila.