Entrevista a David Artime
septiembre 14, 2010 3 comentarios
«No les mires a los ojos
porque van desesperados.
¿Qué les empujará?
No viven solo esperan,
están agotados de esperar…Agotados de esperar el fin.»
Agotados de esperar el fin, Los Ilegales
Aprovechando el Día de Asturias, Los Ideales del Gol tuvo la oportunidad de mantener una charla con David Artime, autor de la novela «La Bufanda», hincha del Sporting y del Candás y en general futbolero empedernido. Todo esto sumado a su interés por la política, la literatura o el cine, hace que no se pueda librar de pasar por este blog.
Entrevistas en periódicos, radios, webs varias, Premiu Trabe, libro más vendido del Salón del Llibru Asturianu… ¿Cómo una novela sobre algo tan marginal y mal visto por la sociedad en general pegó tan fuerte?
Si te digo la verdad yo tengo la misma duda. Pensaba que exclusivamente iba a interesar a la gente más cercana al mundo de la grada, pero la cuestión ye que según salió se está interesando la de dios de peña y al final te vas dando cuenta de que no ye algo tan marginal, al menos desde un puntu de vista literariu o cinematográficu. Interesa hasta a la gente que no-y gusta el fútbol, y al final va dándose la paradoja de que gusta más fuera de los ambientes ultras que dentro.
Este tema en Asturies por lo menos es un poco virgen, pero hay por ahí un par de novelas de otro escritor gijonés, Pablo Rivero, que se acerca a la temática de la literatura urbana.
Descubrilo haz poco y tengo unes ganes de la virgen de leerlo, La Balada del Pitbull tiene muy buena pinta. ¿Leístela?
Sí, está muy bien. Es una temática parecida pero literariamente es mucho más directo, es todo rabia y mala hostia y usa un lenguaje digamos más sucio, más de la calle. Para quien le guste este tema es muy recomendable, aunque no hable mucho de fútbol.
Sí pero bueno da igual porque el ambiente y la temática esa siguen siendo los mismos, gústame aunque no hablen de fútbol.
Y ya que nos metemos con este tema de novela urbana, callejera, con personajes que sobreviven en los suburbios y ambiente de clase obrera ¿Qué autores, libros o películas te influyeron?
De les poques películes de hooligans que pude ver la que más me gustó fue Football Factory. Paezme buenísima, tanto su construcción, como interpretación o la visión que da del hooliganismo inglés, inspireme mucho en ella. De hecho la novela que escribí yo tien muches partes cinematográfiques, el tema de ir recordando los enemigos invita a pensar en imágenes.
Luego está también Green Street Hooligans pero parez el cantar del mío Cid versión hooligan, no ye cuestión de ponelos tan mal ni ponelos tan bien.
Autores hay uno que me influyó la de dios que ye Irvine Welsh. Encántame ese tío, lo que leí de él ye maravillosu y gustaríame que dentro de la literatura en asturianu hubiera una línea de este estilo.
¿Y alguna influencia literaria más al hacer la novela?
Literariamente, aunque esto va paecete una garrulada, pasé muchos años leyendo cróniques de viajes de los grupos ultras en fanzines y en Internet, y de ahí saqué bastantes coses porque hay verdaderos artistas tío [risas]. Muchos escriben fatal por qué no decilo, pero hay alguno que te descojones de risa, con una ironía y un sentido del humor que inspirome bastante, sobretodo muches expresiones del protagonista.
También tradicionalmente el mundo hooligan está muy marcado por una determinada moda, una música concreta, tribus urbanas, drogas… Sin embargo en el libro no hablas mucho al respecto, ¿Crees que estas señas de identidad se están perdiendo o simplemente no quisiste tirar por ahí?
Sí, fue algo mucho más característico de los años 80 o principios de los 90. Pienso que el mundo la grada por lo que yo conozco evolucionó bastante en ese sentido. Gústame mucho hablar de grupos de música y en otros relatos metí cosas de esas, pero resultábame complicao relacionar un ultra del Sporting, el protagonista de mi novela, con algún estilo de música concreto. Meto temas de Los Ilegales, Siniestro total y coses de eses, e incluso desde un puntu de vista crítico del protagonista hablo algo del rollo popi porque creo que son coses que están muy generalizaes en Xixón, entonces jugué con esa baza pa que el lector se sintiera familiarizao.
Te lo comentaba porque hablando con amigos sobre la novela coincidíamos en que en otros libros sobre el fútbol y en general sobre la cultura urbana suelen hablar bastante de todo esto de la música, como pero hoy en día igual es más complicado…
Sí, yo creo que no. En el tema musical yo creo que el modelo de ultra como el que yo describo, el protagonista de la novela, creo que no se identificaría con este tipo de coses. Sería algo de otra época pasada.
Ya que hablamos de Piru y que antes hablabas de la cultura pseudpopi que invade Xixón, con el tema de la familia, el padre, el hermano universitario snob, incluso el bar modernillo que tiene que frecuentar, haces una crítica a toda este ambientillo progre o gafapasta que sufrimos por aquí.
Bueno ahí quiero aclarar que la crítica ye del protagonista [risas], yo entiendo que cuadra muy bien con su personalidad el rechazo a toos esos ambientes un poco progres y de mucho postureo, tipo Festival Internacional de Cine, rollo popero de Cimavilla, y paezme un detalle que cuadró muy bien…
Y el tema de la familia va por ahí también…
Sí, en ese caso sí traté de ser crítico también porque me interesa ser crítico con eso, sobretodo más con el tema del padre que con el tema del hermano, sindicatos, subvenciones… en el otro aspecto tampoco lo hice con sentido crítico, si no porque cuadraba bien con la personalidad del personaje.
Yo creo que refleja bastante bien el ambiente que hay en Xixón, postureo y demás.
Sí, rollo cultureta intelectual. Pero ye un ambiente en el que no me interesa generalizar porque hay de todo. Quise hacer un guiño al tema.
Antes decías que en Green Street Hooligans se da una visión idealizada del tema, pero con la visión épica hooligan que da, o que da Piru, ¿No crees que puedes llegar también a idealizar también un poco el mundo ultra?
Claro, yo creo que la moraleja de la novela ye precisamente esa. El que el mí protagonista tien el mundo ultra idealizao y va dándose cuenta que no ye too negro ni ye too blanco, que hay muches coses que no-y gusten y que no puede cambiar, que nada ye perfecto y al final tien que adaptase él. Yo jugué a eso, lo que pasa que bueno, ye cierto que puede haber lectores que lo vean también como una paja mental de la misma manera que veo yo Green Street Hooligans, pero bueno sí corres ese riesgo.
Era por hacerte alguna crítica, que no todo va a ser peloteo. Pero bueno yo también prefiero eso a algo más moralista en plan buenos y malos como suele pasar.
Sí, precisamente quería romper con esa línea, lo que pasa ye que soy consciente de que puede llevar a que determinada gente crea que yo trato de lanzar el mensaje de que todo está de puta madre, de que ser ultra o hooligan ye una maravilla y está de puta madre y tampoco ye así.
Siguiendo con nuestro amigo Piru, se pregunta si “¿Ye posible participar del modernu fútbol negociu sin creer n’él?”
Muy difícil. Puedes hacer una labor de oposición desde la tu posición hooligan o de aficionado, pero esto es una rueda que no la para nadie, el fútbol está montado desde hace muchos años como un negocio capitalista asqueroso, porque que sea negocio y haya gente que viva de él no me paez mal, lo que me paez mal ye el desmadre en estos aspectos. Creo que ye una utopía total y absoluta y hoy en día el que vaya al fútbol forma parte de este sistema y poténcialo, yo poténciolo.
Sí yo también veo que me contradigo, o que nos contradecimos, porque participamos de un negocio que no nos gusta…
Yo ye lo que me pasa, a mi no me mola formar parte de eso, pero ¿Qué culpa tenemos de que nos guste el Sporting? Yo soy aficionado al fútbol pero veo que en un telediario la sección de deportes dura 15 minutos y están los 15 hablando de fútbol, y no solo de fútbol sino del Madrid o del Barça, a mi eso paezme más de un país de borregos aunque sea una contradicción absoluta.
Cuando Piru y compañía hablan de odio al fútbol moderno, también criticando todo esto, ¿Qué proponen a cambio? ¿O es más bien es un ejercicio de nostalgia de los años 80?
¿Qué propongo? Bueno ye verdad que la novela no incide en ello, pero eso sería más propio de un ensayo.
Ya bueno pero el mundo ultra, o en general los que sin ser ultras también somos críticos con todo este espectáculo, ¿Qué podemos hacer o proponer?
Bueno como te dije antes yo creo que hacer poco, porque ye una rueda que no se para, pero ¿Coses deseables? Ufff, puedo decirte unes cuantes. Quitar los putos asientos, teniendo grades de pies pero con seguridad, que no se pasen vendiendo entrades, que no entren 7.000 en un fondo de 5.000. Quitar la prohibición de meter bengales, bajar los sueldos a los futbolistas, a los directivos y por lo tanto les entrades a los aficionaos, que sea un deporte realmente barato. Yo hace unos años estaba en Francia, fui a ver un partido del Olympique de Marsella y costaba un abono pa tola temporada en un fondo 100€. Que ye un equipo que te juega la Champions.
En El Molinón son 300 y pico el más barato.
Claro, compara, te jode la economía del año, sí. Ye un deporte cada vez más clasista y más elitista. Y bueno luego todo el tema en el terreno deportivo, que ya ye mucho más complicao. A mi resultábame mucho más guapo cuando en les plantilles había un porcentaje altísimo de gente de la cantera, no había tantos fichajes, el máximo de tres extranjeros pa fomentar el fútbol de casa. Todo eso eran coses que había en los años 80 y que lo hacían un deporte mucho más popular y mucho más apasionao. Yo creo que todo eso está perdiéndose.
El culmen de lo negativo sería aquella liga que propusieron hace unos años de mandar a tomar por culo todos los equipos, garrar al Milán, al Barça, al Madrid, al Manchester, y montar una liga europea. Eso ya ye el antifútbol, eso ya no tiene nada que ver con lo que nos gusta a nosotros, ya ye na más que ir a ver a la estrellina de turno, sin ninguna pasión, ningún sentimiento, ninguna identificación… no hay nada.
Hablando del Manchester últimamente está saliendo algún ejemplo que te da esperanzas. Por ejemplo esos aficionados del United que decidieron separarse de su club y fundar uno nuevo, precisamente por estar en contra de la mercantilización y para tratar de volver a los orígenes. Quizás de ahí salga una visión económica, moral y política del fútbol más cercana a la que había antes…
Sí, fue cuando lo compraron los multimillonarios árabes. Ese tipo de iniciatives a mi hoy en día parécenme acojonantes, la verdad que incluso llega a emocionarte enterarse de que hay casos de esos. Ye un orgullu. La pena ye que claro, ese tipo de iniciatives populares no pueden competir con lo que ye el negocio profesional. Entonces vas viendo que cada vez más la verdadera pasión por unos colores, el fútbol como se entendía antes, va reduciéndose a categoríes más bajes. Equipos en 3ª División, equipos de pueblo y tal, en los que ves que hay muchos menos ingresos económicos y evidentemente hay mucha más identificación y mucha más pasión pol equipo.
Todo esto que estamos hablando del odio al fútbol moderno, de la mercantilización y demás, ¿No es también un reflejo de la sociedad moderna?
Sí, too va relacionao. La evolución del fútbol va paralelamente vinculada a la evolución de la sociedad. Vivimos en una sociedad cada vez más materialista, cada vez más neoliberal, cada vez más globalizada… y too eso repercute en el mundo del fútbol de una forma absolutamente directa. Incluso con el bipartidismo futbolístico del Barça y el Madrid, donde los equipos locales cada vez van pintando menos, salvo casos con mucho sentimiento como puede ser el Athletic, el Sporting, el Betis o el Cádiz. Al final globalización de la sociedad, globalización futbolera, va todo unido.
Para acabar me gustaría tocar un poco el tema de la politización que tanto critica Piru, su ideal de solo banderas rojiblancas en las gradas, sin simbología política…
Ye un tema complicao. Yo non soi apolíticu como el Piru, nin muncho menos. Pero creo y entiendo que sí hay una mayoría d’aficionaos que rechacen la politización de les grades, y traté de recoger esa visión en el libro. El problema ye que ye difícil de separar, porque hay casos donde ye una cuestión casi tradicional. Por ejemplo en Vallecas, un barrio popular, tradicionalmente opuesto a los ricos del norte de Madrid, difícilmente va separarse el equipo y sus aficionaos de eses ideas. O en el caso contrario el Espanyol, equipo creado en su día pa hacer la contra al Barça con claros intereses políticos. Por eso mismo n’un lao existen Los Bukaneros, antifascistas, y nel otro les Brigades Blanquiazules, nacionalistes españoles de ultraderecha. En esos casos ye más complicao aún hablar de politización porque ye algo directamente ligao a la esencia del propio club.
También hay momentos en que por las circunstancias sociales es muy difícil separar ambas cosas. Por ejemplo cuando iban a El Molinón los de la naval y sacaban una pancarta de “Naval solución”, a nadie le parecía mal, y eso es tan política o incluso más que sacar una hoz y un martillo o una esvástica.
Sí, claro. Ye un tema complicado. Política tamién ye cuando fui yo a San Sebastián y ahí estaben miles de sportinguistes que no eren ultres cantando “Que viva España”, y claro, eso en el Bernabéu no lo canten, ni pa animar al Sporting. O al revés, cuando canten los otros “Español el que no bote”.
El propio origen del fútbol está muy ligado a las clases bajas, se convirtió en el deporte popular por excelencia, eran los obreros mismos los que lo jugaban y los que iban a verlo.
De hecho hay un ensayo que ye muy bueno llamado “Mundo Ultra”, que repasa toda la historia ultra de España. Y el pavo habla de Inglaterra, explicando que a finales del Siglo XIX el fútbol era el deporte de los obreros, y luego el cricket, el golf, y la caza de zorros eran los deportes de ricos. Y el fútbol veíase mal, como una guarrada de gente maleducada, de barrios marginales.
Todo esto que comentamos del rollo mercantilista y capitalista, el fútbol-negocio moderno, no deja de ser política. Desde los precios hasta el obligarte a estar sentado, el cambiar el tipo de espectáculo que es o debía ser el fútbol es política aunque lo hagan como sin darte cuenta, por debajo. Todo muy ligado a esta sociedad progre que tanto critica Piru.
Sí, eso ye una crítica que tien una carga política cojonuda, pero claro yo hablo de coses más concretes, no me pongo a echar discursos grandilocuentes en el libro. Pero sí, lo que quieren ye que ir a un estadio sea más como ir a un partido en una cancha de tenis que a lo que era el fútbol. Todos calladinos, viendo el partido sentadinos.
Bueno pues aquí lo dejamos, un placer tener esta charla contigo. Enhorabuena por la novela y que leamos pronto la próxima, a poder ser con un fútbol más popular y humilde en nuestros estadios, o si no al menos con el Sporting en Primera y el Candás en 2ªB.
No conocia el libor ni el autor pero la entrevista refleja cosas muy interesantes sobre las circunstancias actuales que rodean el futbol. Hay cosas que leer con detenimiento, pero bueno, la reflexion y el problema es claro, la imposibilidad de frenar el futbol-negocio actual y la encrucijada de los que nos apasiona y estamos en contra pero lo alimentamos y no queremos desligarnos de el… Dificil e irresoluble paradoja.
Muy interesante
Para mi también eso es lo más interesante de la entrevista, las reflexiones sobre el fútbol-negocio. Que esté destinado a obtener beneficios, a satisfacer a grandes empresas y a crear iconos mediáticos en vez de a que los espectadores nos divirtamos. Aquí hay unos futbolistas que juegan y unos aficionados que quieren verles jugar, ellos son quienes deberían tomar las decisiones porque todo lo demás es secundario. Sin futbolistas y aficionados no hay fútbol, sin todo lo demás sí.
Tiene difícil solución para los que no nos gusta este panorama y somos futboleros, pero por debatir y buscar salidas que no quede.
Yo creo que las alternativas nacen a niveles bajos, muy básicos, donde se disfruta más del deporte en sí, sin más complicaciones como en pueblos, en equipos de chavales o en escisiones como pueden ser la comentada del United. Donde lo divertido es jugar y ver jugar y no hay dinero ni tanta política de por medio. En el momento en que ya hay dinero, política, poder de por medio, es mucho más difícil disfrutar del fútbol sin esas contradicciones.
Como has dicho, sin futbolistas ni espectadores, no hay fútbol, eso es lo importante.
A colación de esto, por los mismos motivos, en el fútbol capitalista yo creo que se pierde esencia, por ejemplo con fichajes de extranjeros por el hecho de ser buenos -no me refiero a no tener extranjeros en el equipo obviamente, sino a los fichajes de extranjeros per se- o incluso con el mundo ultra, que muchas veces parece que no puedas ver un partido con gente de otro equipo ya no te digo en un campo, si no en un chigre tranquilamente. El fútbol es lo que es, hay cosas más importantes.